De los ojos fuertes mientras llorando,
tornaba la cabeza cantando.
Vio puertas abiertas y cucos cantando,
alcanzas vacías sin pieles y sin mantos
y sin falcones y sin adores mudados.
Suspiro el mio Cid mucho aire grandes cuidados.
Hablo mio Cid bien y tan mesurado:
¡Hablo a ti, señor,padre que estas en lo alto!
¡Esto me han devuelto mis malos enemigos!
Allí piensan de aguijar, allí sueltan las riendas.
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